Monday, July 10, 2006


LA SITUACION ACTUAL EN LA REGIONBAJO EL REGIMEN INDEPENDIENTE
Desde abril de este año, la región roja fue ampliándose en forma gradual. Después de la batalla de Lungyuankou (en los límites entre Yungsin y Ningkang) librada el 23 de junio, en la que derrotamos por cuarta vez a las fuerzas enemigas de Chiangsí, la Región Fronteriza llegó a abarcar los tres distritos enteros de Ningkang, Yungsin y Lienjua, pequeños sectores de Chían y Anfu, el sector norte de Suichuan y el sector sudeste de Lingsien, y entró en un período de pleno florecimiento. En la región roja, la mayor parte de la tierra había sido distribuida y el resto estaba distribuyéndose. En todos
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los territorios y cantones se establecieron órganos de Poder. En Ningkang, Yungsin, Lienjua y Suichuan, se instalaron gobiernos distritales, y se formó el Gobierno de la Región Fronteriza. En todo el campo, se organizaron destacamentos insurreccionales de obreros y campesinos, y en los niveles de territorio y distrito, destacamentos de guardias rojos. En julio, las fuerzas enemigas de Chiangsí lanzaron ataques, y en agosto, las de Junán y Chiangsí atacaron conjuntamente las montañas Chingkang. Todas las capitales de distrito y los valles de todos los distritos de la Región Fronteriza fueron ocupados por el enemigo. Las fuerzas de preservación del orden y las "milicias de casa por casa", cómplices del enemigo, hacían estragos, y el terror blanco reinaba en las ciudades y el campo. Se derrumbaron la mayoría de las organizaciones del Partido y órganos de Poder. Los campesinos ricos y los arribistas dentro del Partido se pasaron en masa al enemigo. Sólo después del combate del 30 de agosto en las montañas Chingkang, las fuerzas enemigas de Junán empezaron a retroceder hacia Lingsien, pero las de Chiangsí siguieron reteniendo todas las capitales de distrito y la mayoría de las aldeas. Con todo, el enemigo jamás logró apoderarse de las zonas montañosas, que incluyen: los sectores oeste y norte de Ningkang; los sectores de Tienlung, Siaosichiang y Wannienshan, ubicados en el Norte, Oeste y Sur de Yungsin, respectivamente; el sector de Shangsi, en Lienjua; el sector de Chingkangshan, en Suichuan, y los sectores de Chingshikang y Tayuan, en Lingsien. En julio y agosto, un regimiento del Ejército Rojo, en coordinación con los destacamentos de guardias rojos de los diversos distritos, libró decenas de combates, grandes y pequeños, perdiendo sólo treinta fusiles, y finalmente se replegó a las montañas.
Cuando nuestras unidades volvían a las montañas Chingkang atravesando los distritos de Chungyi y Shangyou, la 7.a División Independiente enemiga del Sur de Chiangsí, bajo las órdenes de Liu Shi-yi, nos persiguió hasta Suichuan. El 13 de septiembre, derrotamos a Liu Shi-yi, capturamos varios centenares de fusiles y tornamos Suichuan. El 26 de septiembre, llegamos a las montañas Chingkang. El 1.° de octubre, en Ningkang, libramos un combate con una de las brigadas de Siung Shi-jui, comandada por Chou Jun-yuan, la vencimos y recuperamos todo el distrito de Ningkang. Entretanto, 126 hombres pertenecientes a las fuerzas enemigas de Junán comandadas por Yen Chung-yu y estacionadas en el distrito de Kuitung, se pasaron a nuestro lado y fueron organizados en un batallón de misión especial, con Pi
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Chan-yun corno jefe. El 9 de noviembre, en Lungyuankou y la capital del distrito de Ningkang, derrotamos a un regimiento de la brigada de Chou Jun-yuan. Al día siguiente tornamos Yungsin, pero poco después nos retiramos a Ningkang. Actualmente, nuestra región forma una estrecha franja que se extiende, de Sur a Norte, desde la vertiente sur de las montañas Chingkang en Suichuan hasta el límite de Lienjua, abarcando todo el distrito de Ningkang y sectores de los distritos de Suichuan, Lingsien y Yungsin. Pero el sector de Shangsi, en Lienjua, y los sectores de Tienlung y Wannienshan, en Yungsin, no están muy ligados a esta franja. El enemigo trata de destruir nuestra base de apoyo mediante ataques militares y bloqueo económico; nos preparamos ahora para desbaratar sus ataques.
EL PROBLEMA MILITAR
Dado que la lucha en la Región Fronteriza es exclusivamente militar, tanto el Partido como las masas tienen que ponerse en pie de guerra. Cómo hacer frente al enemigo y cómo combatir, ha llegado a ser el problema central de nuestra vida cotidiana. Un régimen independiente puede ser creado y mantenido sólo mediante la fuerza armada. EL enemigo se apoderará inmediatamente de cualquier territorio nuestro donde no tengamos fuerzas armadas o las tengamos en número insuficiente, o bien donde adoptemos tácticas erróneas frente a él. Como la lucha se intensifica con cada día que pasa, se plantean ante nosotros problemas sumamente complejos y agudos.
El Ejército Rojo de la Región Fronteriza está integrado por: 1) las antiguas unidades de Ye Ting y Je Lung, que vinieron de Chaochou y Shantou[5]; 2) el antiguo Regimiento de Guardias del Gobierno Nacional de Wuchang[6]; 3) campesinos de Pingchiang y Liuyang[7]; 4) campesinos del Sur de Junán[8] y obreros de Shuikoushan[9]; 5) soldados capturados a las tropas de Sü Ke-siang, Tang Sheng-chi, Pai Chung-si, Chu Pei-te, Wu Shang y Siung Shi-jui, y 6) campesinos de los diversos distritos de la Región Fronteriza. Pero, de las antiguas unidades de Ye Ting y Je Lung, del Regimiento de Guardias y de los destacamentos campesinos de Pingchiang y Liuyang, sólo queda un tercio después de más de un año de combate. Los campesinos procedentes del Sur de Junán también han sufrido fuertes bajas. Por lo tanto, aunque las primeras cuatro categorías siguen siendo hasta hoy la columna vertebral del 4.° Cuerpo de Ejército del Ejército Rojo, las
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dos últimas son muy superiores a ellas en número. Y de las dos últimas categorías, los soldados capturados al enemigo constituyen la mayoría. Sin esta fuente de reemplazos, enfrentaríamos un serio problema de recursos humanos. Aun así, los efectivos no aumentan en la misma proporción que los fusiles. Los fusiles no se pierden fácilmente, pero los hombres sí, pues caen heridos, mueren, se enferman o desertan. El Comité Provincial de Junán ha prometido enviar aquí obreros de Anyuan[10]; esperamos ansiosamente que lo haga.
El Ejército Rojo está compuesto en parte de obreros y campesinos, y en parte de lumpemproletarios. Por supuesto, no es bueno que haya un número demasiado grande de lumpemproletarios en sus filas. Pero son combativos, y como la lucha prosigue día tras día y sufrimos grandes bajas, ya no es fácil llenar los claros ni siquiera con ellos. En estas circunstancias, la única solución es intensificar la educación política.
La mayoría de los soldados del Ejército Rojo provienen de las tropas mercenarias, pero una vez en el Ejército Rojo, se transforman. En primer término, no se practica en el Ejército Rojo el sistema mercenario, y por eso los soldados sienten que no luchan para otros, sino para sí mismos y para el pueblo. Hasta ahora no se ha establecido en el Ejército Rojo un sistema de paga regular; sólo se da una ración de arroz, una asignación para aceite, sal, leña y hortalizas, y una pequeña suma para gastos menores. Se ha entregado tierra a todos los oficiales y soldados del Ejército Rojo nativos de la Región Fronteriza, pero resulta bastante difícil dársela a los que proceden de otras partes.
Gracias a la educación política, los soldados del Ejército Rojo han adquirido conciencia de clase y un conocimiento básico en lo que atañe a la necesidad de distribuir la tierra, establecer los órganos de Poder, armar a los obreros y campesinos, etc. Saben que están luchando para sí mismos, para la clase obrera y el campesinado. Por lo tanto, soportan sin quejarse las penalidades de la lucha. Cada compañía, batallón o regimiento ya tiene su comité de soldados, que representa los intereses de éstos y realiza el trabajo político y el de masas.
La experiencia ha demostrado que el sistema de representantes del Partido[
11] no debe ser abolido. El representante del Partido desempeña un papel de singular importancia a nivel de compañía, porque a ese nivel se organiza la célula del Partido. Le corresponde impulsar el trabajo de educación política del comité de soldados, orientar el trabajo relativo al movimiento de masas y servir al mismo tiempo de secretario de la célula. Los hechos han comprobado que cuanto mejor
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es el representante del Partido en la compañía, más sana es ésta, y que el jefe de la compañía difícilmente puede desempeñar un papel político tan importante. Puesto que las bajas entre los cuadros inferiores son serias, a menudo soldados hace poco capturados al enemigo son nombrados jefes de pelotón o de compañía; hay algunos que, capturados en febrero o marzo, ahora ya son Jefes de batallón. Caerá en grave error quien, mirando las cosas superficialmente, piense que nuestro ejército, por llamarse Ejército Rojo, puede prescindir de los representantes del Partido. Cuando el 28.° Regimiento estaba en el Sur de Junán, suprimió ese sistema pero volvió a implantarlo más tarde. Cambiar el nombre de "representantes del Partido" por el de "instructores" sería confundirlos con los instructores del Kuomintang, a quienes odian los soldados capturados. Además, el cambio de nombre no afecta la esencia del sistema. Por lo tanto, hemos decidido no hacer este cambio. Las bajas entre los representantes del Partido son muy serias y hemos iniciado cursos de preparación para compensarlas; además, esperamos que el Comité Central y los Comités Provinciales de Junán y Chiangsí nos envíen por lo menos treinta camaradas aptos para desempeñar tal cargo.
Un soldado necesita, por regla general, seis meses o un año de adiestramiento para poder combatir, pero nuestros soldados, reclutados sólo ayer, tienen que entrar en combate hoy, virtualmente sin ningún adiestramiento. Muy pobres en técnica militar, en la lucha no cuentan más que con su valentía. Como es imposible tener largos períodos de descanso y adiestramiento, la única salida es tratar de eludir, si tal cosa es posible, ciertos combates y así ganar tiempo para el adiestramiento. Con el objeto de preparar oficiales de rangos inferiores, tenemos actualmente un cuerpo de instrucción de 150 hombres, y pensamos hacerlo permanente. Esperamos que el Comité Central y los dos Comités Provinciales nos envíen el mayor número posible de oficiales, desde jefes de pelotón y de compañía para arriba.
El Comité Provincial de Junán nos ha indicado que nos preocupemos por las condiciones de vida de los soldados y las hagamos por lo menos un poco mejores que las de los obreros y campesinos en general. En realidad son peores. Aparte de la ración de arroz, se asignan apenas cinco fenes diarios por persona para aceite, sal, leña y hortalizas, y aun esto resulta difícil de mantener. Solamente el abastecimiento de estos artículos nos cuesta más de diez mil yuanes al mes, y esta suma la obtenemos exclusivamente por medio de las expropiaciones a los déspotas locales[12]. Ahora tenemos algodón para
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acolchar ropa de invierno para los cinco mil hombres de nuestro ejército, pero nos falta tela. A pesar del frío, todavía muchos de nuestros hombres no llevan más que dos trajes livianos. Menos mal que estamos hechos a las penurias. Además, soportamos todos las mismas privaciones. Desde el jefe del cuerpo de ejército hasta el cocinero, vivimos todos con una asignación diaria de cinco fenes para la alimentación, aparte de la ración de arroz. En cuanto al dinero para gastos menores, si se asignan veinte fenes, todos reciben veinte; si se asignan cuarenta, todos reciben cuarenta[13]. Por tanto, los soldados no tienen quejas contra nadie.
Cada combate nos deja un saldo de heridos. Y la desnutrición, el frío y otras causas han hecho caer enfermos a muchos oficiales y soldados. Nuestros hospitales, situados en las montañas, aplican la medicina china y la occidental, pero hay escasez de médicos y medicamentos. Actualmente hay más de ochocientos hospitalizados. El Comité Provincial de Junán prometió enviarnos medicamentos, pero hasta ahora no los hemos recibido. Todavía esperamos que el Comité Central y los dos Comités Provinciales nos envíen algunos médicos que practiquen la medicina occidental, así como yodo en tabletas.
Pese a las duras condiciones de vida y a los frecuentes combates, el Ejército Rojo se mantiene tan firme como antes; esto lo explica, además del papel del Partido, la práctica de la democracia en el Ejército. Los oficiales no golpean a los soldados; oficiales y soldados reciben trato igual; los soldados gozan de libertad de reunión y de palabra; se ha terminado con las formalidades inútiles, y las finanzas se manejan a la vista de todos. Los propios soldados administran los asuntos relativos al rancho; de los cinco fenes diarios para aceite, sal, leña y hortalizas, logran con todo economizar un poco para gastos menores; este ahorro, al que llaman "ahorros de la comida", es de aproximadamente sesenta o setenta wen diarios por cabeza. Todo esto complace mucho a los soldados, sobre todo a los recién capturados al enemigo, que comparando nuestro ejército con el del Kuomintang, ven dos mundos distintos. Aunque perciben que las condiciones materiales de vida en el Ejército Rojo son inferiores a las del ejército blanco, se sienten moralmente liberados. El mismo soldado que ayer no tenía valentía en el ejército enemigo, hoy se comporta con valor en el Ejército Rojo; esto se debe a !a influencia de la democracia. El Ejército Rojo es como un horno en el que se transmutan todos los soldados capturados en cuanto llegan. En China, la democracia la necesita no sólo el pueblo, sino también el ejército. El sistema demo-
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crático en nuestro ejército es un arma importante para destruir aquellos rasgos propios de los ejércitos mercenarios feudales[
14].
El Partido en el Ejército está ahora organizado a cuatro niveles: la célula de compañía, el comité de batallón, el comité de regimiento y el comité de cuerpo de ejército. En cada compañía existe una célula, y en cada escuadra, un grupo. "La célula del Partido se organiza a nivel de compañía"; ésta es una razón importante por la cual el Ejército Rojo se mantiene indestructible en medio de una lucha tan ardua. Hace dos años, las organizaciones de nuestro Partido en el ejército del Kuomintang no supieron ganarse a los soldados; incluso en las unidades de Ye Ting[15] sólo había una célula del Partido por regimiento, y a causa de ello no pudieron resistir pruebas serias. En el Ejército Rojo, entre los militantes del Partido y los que no lo son, existe hoy una proporción aproximada de uno a tres, o sea, un promedio de un miembro del Partido por cada cuatro hombres. Recientemente hemos decidido reclutar más militantes del Partido en las unidades de combate, para llegar a una proporción de uno a uno[16]. En la actualidad, nos hacen falta buenos secretarios en las células de compañía; pedimos al Comité Central que nos envíe para este cargo a un cierto número de camaradas de entre los activistas que ya no pueden permanecer donde se encuentran. Casi todos los cuadros venidos del Sur de Junán estaban dedicados al trabajo del Partido en el Ejército. Pero como algunos de ellos se dispersaron en agosto en el Sur de Junán, ya no tenemos gente disponible.
Nuestras fuerzas armadas locales están compuestas por los destacamentos de guardias rojos y los destacamentos insurreccionales de obreros y campesinos. Armados de picas y escopetas, estos últimos están organizados a nivel de cantón; cada cantón tiene un destacamento cuya fuerza numérica varía según la población. Su tarea es reprimir a la contrarrevolución, defender los órganos cantonales de Poder y, cuando viene el enemigo, ayudar al Ejército Rojo y a la Guardia Roja en el combate. Los destacamentos insurreccionales fueron creados primero en Yungsin como fuerza secreta, y han salido a la luz después de que ocupamos todo el distrito. Esta organización se ha extendido ahora a los demás distritos de la Región Fronteriza sin cambiar de nombre. Los destacamentos de guardias rojos están armados principalmente con fusiles de cinco tiros, pero los tienen también de nueve tiros y de uno. Disponen de 140 fusiles en Ningkang, 220 en Yungsin, 43 en Lienjua, 50 en Chaling, 90 en Lingsien, 130 en Suichuan y 10 en Wanan, lo que hace un total de 683.
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La mayor parte de estos fusiles fueron proporcionados por el Ejército Rojo, y el resto, capturados al enemigo por los mismos guardias rojos. La mayoría de los destacamentos de guardias rojos de los distritos están aumentando día a día su capacidad de combate en su constante lucha contra las fuerzas de preservación del orden y las "milicias de casa por casa" de los déspotas locales y shenshi malvados. Antes del Incidente del 21 de Mayo[17], había destacamentos campesinos de autodefensa en cada distrito. Tenían 300 fusiles en Yousien, 300 en Chaling, 60 en Lingsien, 50 en Suichuan, 80 en Yungsin, 60 en Lienjua, 60 en Ningxang (los hombres de Yuan Wentsai) y 60 en las montañas Chingkang (los hombres de Wang Tsuo), o sea, un total de 970. Después del Incidente, aparte de las armas de los hombres de Yuan y Wang, que se conservaron intactas, sólo quedaron G fusiles en Suichuan y 1 en Lienjua: los déspotas locales y shenshi malvados se apoderaron de todos los demás. EL que los destacamentos campesinos de autodefensa hayan sido tan incapaces de conservar sus fusiles es resultado de la línea oportunista. Actualmente, los destacamentos de guardias rojos de los diversos distritos tienen muy pocos fusiles todavía, menos que los déspotas locales y shenshi malvados. El Ejército Rojo debe continuar ayudando con armas a la Guardia Roja. Debe hacer todo lo posible para ayudar a las masas populares a armarse, siempre que esto no disminuya su propia capacidad de combate. Hemos establecido que cada batallón del Ejército Rojo estará compuesto de cuatro compañías, con 75 fusiles cada una; sumando los fusiles de la compañía de misión especial, la compañía de ametralladoras, la compañía de morteros, el estado mayor de regimiento y los tres estados mayores de batallón, cada regimiento tendrá 1.075 fusiles. Los fusiles capturados en combate deben ser destinados, en la medida de lo posible, a armar a las fuerzas locales. Los mandos de la Guardia Roja deben ser personas que hayan sido enviadas por los distritos al cuerpo de instrucción del Ejército Rojo y hayan terminado el curso. El Ejército Rojo debe enviar cada vez menos nativos de zonas alejadas a ocupar los puestos de jefes de las fuerzas locales. Por su parte, Chu Pei-te está armando sus fuerzas de preservación del orden y sus "milicias de casa por casa", y las fuerzas armadas de los déspotas locales y shenshi malvados en los distritos de la Región Fronteriza constituyen una fuerza bastante considerable tanto por su número como por su capacidad de combate. Esto hace tanto más apremiante la expansión de nuestras fuerzas rojas locales.
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EL principio del Ejército Rojo es la concentración de las fuerzas, y el de la Guardia Roja, la dispersión de las fuerzas. Actualmente, como el régimen reaccionario atraviesa por un período de estabilidad temporal, el enemigo está en condiciones de reunir grandes contingentes para atacar al Ejército Rojo, y para éste es desventajoso dispersar sus fuerzas. Nuestra experiencia nos enseña que la dispersión de las fuerzas ha conducido casi siempre a la derrota, en tanto que su concentración frente a una fuerza enemiga numéricamente inferior, igual o ligeramente superior, ha conducido con frecuencia a la victoria. El Comité Central nos ha encargado desarrollar una zona guerrillera demasiado extensa, que tiene varios miles de li; esto se debe probablemente a una sobreestimación de nuestras fuerzas. Para los destacamentos de guardias rojos, la dispersión es ventajosa; en todos los distritos están aplicando este método en sus operaciones.
EL método de propaganda más eficaz con relación a las fuerzas enemigas es poner en libertad a los soldados capturados y dar tratamiento médico a los prisioneros heridos. Cuando capturamos soldados o jefes de batallón, compañía o pelotón de las fuerzas enemigas, no nos demoramos en hacer propaganda entre ellos; los dividimos en dos grupos: los que quieren quedarse y los que desean marcharse, y a estos últimos les damos una suma para el viaje y los ponemos en libertad. Esto desmiente de inmediato la propaganda engañosa del enemigo en el sentido de que "los bandidos comunistas matan al primero que ven". Refiriéndose a esta medida nuestra el Boletín Trimensual de la 9.a División de Yang Chi-sheng exclamó con alarma: "¡Qué perfidia!" Los soldados del Ejército Rojo tratan con esmerada solicitud a los soldados capturados y les dan afectuosas despedidas, y en todos los "actos de despedida a los nuevos hermanos", ellos nos responden con cordial gratitud en sus discursos. Proporcionar tratamiento médico a los prisioneros heridos es también un medio muy eficaz. Desde hace poco, algunos enemigos astutos, como Li Wen-pin, se han puesto a imitarnos: no matan a los prisioneros y proporcionan atención médica a los heridos. Sin embargo, no faltan soldados nuestros que, al combate siguiente, vuelven a nuestro lado trayendo consigo sus armas. Esto ha ocurrido ya dos veces. Además, realizamos la mayor cantidad posible de propaganda escrita, como por ejemplo consignas murales. Dondequiera que llegamos, cubrimos los muros con ellas. Pero nos faltan personas que sepan dibujar; esperarnos que el Comité Central y los dos Comités Provinciales nos envíen algunas.
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En cuanto a las bases de apoyo militares, la primera, las montañas Chingkang, está situada en la conjunción de cuatro distritos: Ningkang, Lingsien, Suichuan y Yungsin. La distancia entre Maoping, distrito de Ningkang, en la vertiente norte, y Juangao, distrito de Suichuan, en la vertiente sur, es de 90 li. La distancia entre Nashan, distrito de Yungsin, en la vertiente este, y Shuikou, distrito de Lingsien, en la vertiente oeste, es de 80 li. Mide 550 li la circunferencia que, partiendo de Nashan, pasa por Lungyuankou (ambos en Yungsin), Sincheng, Maoping, Talung (todos en Ningkang), Shitu, Shuikou, Siatsun (todos en Lingsien), Yingpansü, Taichiapu, Tafen, Tuitsichien, Juangao, Wutouchiang y Cheao (todos en Suichuan) para volver nuevamente a Nashan. En las montañas hay arrozales y aldeas en Taching, Siaoching, Shangching, Chungching; Siaching, Tsiping, Siachuang, Singchou, Tsaoping, Painiju y Luofu; todos estos lugares eran antes nidos de bandidos y de soldados desbandados, pero ahora han pasado a ser una base de apoyo nuestra. Su población no llega a dos mil habitantes, y su producción de arroz sin descascarillar es inferior a diez mil dan, por lo cual el abastecimiento de cereales del Ejército depende en su totalidad de Ningkang, Yungsin y Suichuan. Todos los pasos estratégicos en las montañas han sido fortificados. Allí están nuestros hospitales, talleres de confección, la sección de pertrechos y los servicios de retaguardia de los regimientos. En estos momentos, se están transportando cereales desde Ningkang a las montañas. Mientras tengamos provisiones suficientes, el enemigo jamás podrá penetrar. La segunda base de apoyo, las montañas Chiulung, está situada en la conjunción de los cuatro distritos de Ningkang, Yungsin, Lienjua y Chaling. Aunque menos importante que las montañas Chingkang, es la retaguardia más profunda de las fuerzas armadas locales de los cuatro distritos y también ha sido fortificada. Para un régimen independiente rojo cercado completamente por el régimen blanco, es indispensable aprovechar las ventajas del terreno montañoso de difícil acceso

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