Wednesday, September 06, 2006


COMO ESTUDIAR LA GUERRA
MAO TSE TUNG
1. LAS LEYES DE LA GUERRA SE DESARROLLAN


Las leyes de la guerraconstituyen un problema que debe estudiar y resolver quienquiera que dirija una guerra.

Las leyes de la guerra revolucionaria constituyen un problema que debe estudiar y resolver quienquiera que dirija una guerra revolucionaria.

Las leyes de la guerra revolucionaria de China constituyen un problema que debe estudiar y resolver quienquiera que dirija la guerra revolucionaria de China.

Estamos haciendo una guerra. Nuestra guerra es una guerra revolucionaria, y ésta se desarrolla en China, país semicolonial y semifeudal. Por lo tanto, debemos estudiar no sólo las leyes generales de la guerra, sino también las leyes específicas de la guerra revolucionaria y las leyes aún más específicas de la guerra revolucionaria de China. Es bien sabido que, al hacer una cosa, cualquiera que sea, a menos que se comprendan sus circunstancias reales, su naturaleza y sus relaciones con otras cosas, no se conocerán las leyes que la rigen, ni se sabrá cómo hacerla, ni se podrá llevarla a feliz término.

La guerra, que ha existido desde la aparición de la propiedad privada y las clases, es la forma más alta de lucha para resolver las contradicciones entre clases, naciones, Estados o grupos políticos, cuando estas contradicciones han llegado a una determinada etapa de su desarrollo. Si no se comprenden las circunstancias reales de la guerra, su naturaleza y sus relaciones con otros fenómenos, no se conocerán sus leyes, ni se sabrá cómo dirigirla, ni se podrá triunfar.

La guerra revolucionaria, ya sea una guerra revolucionaria de clases o una guerra nacional revolucionaria, además de las circunstancias y naturaleza inherentes a la guerra en general, tiene sus circunstancias y naturaleza específicas. Por lo tanto, aparte de las leyes generales de la guerra, tiene sus leyes específicas. Si no se comprenden estas circunstancias y naturaleza específicas, si no se comprenden estas leyes específicas, es imposible dirigir una guerra revolucionaria y lograr la victoria en ella.

La guerra revolucionaria de China, ya sea una guerra civil o una guerra nacional, se desarrolla en las circunstancias propias de China, y tiene sus circunstancias y naturaleza específicas, que la distinguen tanto de la guerra en general como de la guerra revolucionaria en general. Por lo tanto, además de las leyes de la guerra en general y de las leyes de la guerra revolucionaria en general, tiene sus leyes específicas. Si no se comprende todo esto, es imposible conquistar la victoria en la guerra revolucionaria de China.

Por consiguiente, debemos estudiar las leyes de la guerra en general, estudiar también las de la guerra revolucionaria y estudiar, finalmente, las de la guerra revolucionaria de China.

Ciertas personas sostienen un punto de vista erróneo, que ya refutamos hace tiempo. Afirman que sólo es necesario estudiar las leyes de la guerra en general, o dicho más concretamente, que basta sólo con seguir los manuales militares publicados por el gobierno reaccionario chino o por las escuelas militares reaccionarias de China. No ven que esos manuales exponen únicamente las leyes de la guerra en general y, además, son copiados enteramente del extranjero. Si los copiamos y aplicamos al pie de la letra, sin el menor cambio de forma ni de contenido, seremos como quien "se recorta los pies para que le quepan en los zapatos" y sufriremos derrotas. Argumentan: ¿Por qué no han de servirnos los conocimientos adquiridos en el pasado a costa de sangre? No comprenden que, si bien debemos apreciar la experiencia adquirida en el pasado a costa de sangre, debemos también apreciar la experiencia que hemos pagado con nuestra propia sangre.

Otras personas sostienen un punto de vista igualmente erróneo, que también refutamos hace tiempo. Dicen que sólo es necesario estudiar la experiencia de la guerra revolucionaria de Rusia, o dicho más concretamente, que basta sólo con seguir las leyes que rigieron la dirección de la guerra civil de la Unión Soviética y los manuales militares publicados por las instituciones militares soviéticas. No se dan cuenta de que esas leyes y manuales reflejan las características particulares de la guerra civil y del Ejército Rojo de la Unión Soviética. Si los copiamos y aplicamos al pie de la letra, sin hacer ningún cambio, también seremos como quien "se recorta los pies para que le quepan en los zapatos" y sufriremos derrotas. Estas personas razonan así: Si nuestra guerra es una guerra revolucionaria, como la de la Unión Soviética, y si ésta ha triunfado, ¿qué alternativa cabe sino seguir en todo su ejemplo? No saben que, si bien debemos tener en especial estima la experiencia de la guerra de la Unión Soviética, porque es una experiencia de la guerra revolucionaria de la época contemporánea, experiencia adquirida bajo la dirección de Lenin y Stalin, igualmente debemos apreciar la experiencia de la guerra revolucionaria de China, pues la revolución china y el Ejército Rojo de China tienen muchas condiciones particulares.

Hay también personas que sostienen otro punto de vista no menos erróneo, que hace tiempo igualmente refutamos. Dicen que la experiencia de la Expedición al Norte de 1926-1927 es la más valiosa y que debemos aprender de ella, o dicho más concretamente, debemos imitar a la Expedición al Norte en su avance impetuoso y en la conquista de las grandes ciudades. No comprenden que, si bien debemos estudiar la experiencia de la Expedición al Norte, no debemos copiarla ni aplicarla en forma mecánica, dado que nuestra guerra actual se lleva acabo en condiciones diferentes. Debemos tomar de la experiencia de la Expedición al Norte sólo lo que aún es aplicable hoy y, a la luz de las condiciones actuales, elaborar algo que sea nuestro.

Así, las leyes de la dirección de la guerra cambian en función de las condiciones de la guerra, o sea, tiempo, lugar y carácter de la misma. En cuanto al factor tiempo, tanto la guerra como las leyes de su dirección se desarrollan. Cada etapa histórica tiene sus características, y, por lo tanto, las leyes de la guerra en cada etapa histórica tienen las suyas y no pueden ser trasladadas mecánicamente de una etapa a otra. Desde el punto de vista del carácter de la guerra, ya que la guerra revolucionaria y la contrarrevolucionaria tienen sus respectivas características, también las tienen sus leyes, las que no pueden trasladarse mecánicamente de una guerra a la otra. Desde el punto de vista del lugar, como cada país o nación, y en especial un país o nación grande, tiene sus propias características, las leyes de la guerra en cada país o nación también tienen sus particularidades y tampoco pueden trasladarse mecánicamente de uno a otro. Al estudiar las leyes de la dirección de las guerras que se producen en diferentes etapas históricas, que son de diferente carácter y que se sostienen en diferentes lugares y por diferentes naciones, debemos concentrar nuestra atención en sus características y en su desarrollo y oponernos a todo enfoque mecánico del problema de la guerra.

Y esto no es todo. Para un comandante, es signo de progreso y desarrollo el pasar de ser capaz de dirigir inicialmente sólo una pequeña agrupación a ser capaz de dirigir una grande. Es también diferente operar en una sola localidad que hacerlo en muchas localidades. Para un comandante, es igualmente signo de progreso y desarrollo el pasar de ser capaz de operar inicialmente en una sola localidad que conoce bien, a ser capaz de operar en muchas localidades. En virtud del desarrollo técnico, táctico y estratégico tanto del enemigo como nuestro, las condiciones en distintas etapas de una misma guerra también son diferentes. Significará un progreso y desarrollo aún mayores el que un comandante capaz de ejercer el mando en la etapa inferior de una guerra, muestre capacidad para ejercerlo también en su etapa superior. Si un jefe no pasa de ser capaz de dirigir sólo una determinada agrupación, en una determinada localidad y en una determinada etapa de desarrollo de una guerra, eso muestra que no ha hecho ningún progreso ni alcanzado ningún desarrollo. Hay personas que, satisfechas con una sola habilidad y una visión estrecha, jamás hacen progreso alguno. Tales personas, aunque pueden desempeñar algún papel en la revolución en un lugar y momento dados, no pueden desempeñar un gran papel. Necesitamos jefes militares que puedan desempeñar un papel importante. Todas las leyes de la dirección de la guerra se desarrollan a medida que se desarrollan la historia y la guerra misma. Nada es inmutable.

2. EL OBJETIVO DE LA GUERRA ES ELIMINAR LA GUERRA

La guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres, será finalmente eliminada por el progreso de la sociedad humana, y lo será en un futuro no lejano. Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de clase. La historia conoce sólo dos tipos de guerras: las justas y las injustas. apoyamos las guerras justas y nos oponemos a las injustas. Todas las guerras contrarrevolucionarias son injustas; todas las guerras revolucionarias son justas. Con nuestras propias manos pondremos fin a la época de las guerras en la historia de la humanidad, y la guerra que ahora hacemos es indudablemente parte de la guerra final. Pero la guerra que enfrentamos es al mismo tiempo, sin duda alguna, parte de la más grande y más cruel de todas las guerras. Se cierne sobre nosotros la más grande y más cruel de todas las guerras injustas contrarrevolucionarias. Si no levantamos la bandera de la guerra justa, la gran mayoría de la humanidad será devastada. La bandera de la guerra justa de la humanidad es la bandera de la salvación de la humanidad. La bandera de la guerra justa de China es la bandera de la salvación de China. Una guerra sostenida por la gran mayoría de la humanidad y del pueblo chino es indiscutiblemente una guerra justa, es la empresa más sublime y gloriosa para salvar a la humanidad y a China, y un puente que conduce a una nueva era en la historia mundial. Cuando la sociedad humana progrese hasta llegar a la extinción de las clases y del Estado, ya no habrá guerras, ni contrarrevolucionarias ni revolucionarias, ni injustas ni justas. Esa será la era de la paz perpetua para la humanidad. Al estudiar las leyes de la guerra revolucionaria, partimos de la aspiración de eliminar todas las guerras. Esta es la línea divisoria entre nosotros, los comunistas, y todas las clases explotadoras.

3. LA ESTRATEGIA ESTUDIA LAS LEYES QUE RIGEN LA SITUACIÓN DE GUERRA EN SU CONJUNTO

Dondequiera que haya guerra, existe una situación de guerra en su conjunto. Una situación de guerra en su conjunto puede abarcar el mundo entero, un país, una zona guerrillera independiente o un importante frente de operaciones independiente. Toda situación de guerra de carácter tal que requiera una consideración global de sus aspectos y etapas, es una situación de guerra en su conjunto.

Estudiar las leyes de la dirección de la guerra que rigen una situación de guerra en su conjunto, es tarea de la estrategia. Estudiar las leyes de la dirección de la guerra que rigen una situación parcial de guerra, es tarea de la ciencia de las campañas y de la táctica[1].

¿Por qué es necesario que el comandante de una campaña militar o de una operación táctica comprenda en cierto grado las leyes de la estrategia? Porque la comprensión del conjunto le facilita el manejo de la parte, y porque la parte está subordinada al conjunto. La idea de que la victoria estratégica está determinada por los éxitos tácticos es errónea, porque pasa por alto el hecho de que la victoria o la derrota de una guerra depende, principalmente y antes que nada, de si se toman adecuadamente en cuenta la situación en su conjunto y cada una de las etapas de la guerra. Si se cometen faltas o errores graves a este respecto, la guerra se perderá inevitablemente. En ajedrez, "un movimiento imprudente hace perder la partida": esto se refiere a un movimiento que afecta al todo, es decir, a un movimiento que tiene importancia decisiva para el todo, y no a un movimiento de carácter parcial, no decisivo para el todo. Así es en ajedrez, así es también en la guerra.

Pero el todo no puede existir aislada e independientemente de sus partes, ya que está compuesto de todas ellas. A veces la destrucción o derrota de ciertas partes no acarrea serias consecuencias al todo, porque esas partes no tienen importancia decisiva para él. Algunas derrotas o fracasos en las operaciones tácticas o en las campañas a menudo no conducen al deterioro de la situación de guerra en su conjunto,porque estas derrotas no son de importancia decisiva. Pero la pérdida de la mayoría de las campañas que constituyen la situación de guerra en su conjunto, o de una o dos campañas decisivas, cambia inmediatamente toda la situación. Aquí "la mayoría de las campañas" o "una o dos campañas" son decisivas. En la historia de las guerras, ha habido casos en que después de una serie de victorias, una sola derrota redujo a la nada todos los éxitos logrados; ha habido también casos en que después de numerosas derrotas, una sola victoria produjo una nueva situación. Aquí la "serie de victorias" y las "numerosas derrotas" eran de carácter parcial y no decisivas para la situación en su conjunto, en tanto que la "sola derrota" y la "sola victoria" fueron factores decisivos. Todo esto explica la importancia que tiene el tomar en cuenta la situación en su conjunto. Para quien tiene el mando general, lo más importante es concentrar su atención en la situación de guerra en su conjunto. Lo principal es considerar, a la luz de las circunstancias, los problemas de la formación de unidades y de agrupaciones de tropas, así como de las relaciones entre dos campañas, entre las distintas etapas de operaciones y entre el conjunto de nuestras actividades y el de las actividades enemigas. Todos estos problemas requieren sus mayores esfuerzos; si los abandona y se pierde en problemas secundarios, difícilmente podrá evitar reveses.

La relación entre el todo y la parte se refiere no sólo a la relación entre la estrategia y la campaña militar, sino también a la relación que hay entre la campaña militar y la táctica. La relación entre las operaciones de una división y las de sus regimientos y batallones, y la relación entre las operaciones de una compañía y las de sus pelotones y escuadras son ejemplos concretos. El jefe militar, a cualquier nivel, debe concentrar su atención en los problemas o acciones más importantes y decisivos para toda la situación que está bajo su dirección, y no en otros problemas o acciones.

Para determinar qué es importante y decisivo, no hay que partir de condiciones generales o abstractas, sino de condiciones concretas. En una operación militar, la dirección y el punto de asalto deben elegirse con arreglo a la situación real del enemigo, al terreno y a la fuerza de nuestras tropas en el momento dado. Donde el avituallamiento es abundante, hay que cuidar de que los soldados no coman demasiado; pero donde es insuficiente, hay que cuidar de que no pasen hambre. En las zonas blancas, la filtración de una sola información puede ocasionar la derrota en un combate posterior, mientras que en las zonas rojas, tal filtración de ordinario no es lo más grave. Es necesario que los mandos superiores participen personalmente en ciertas campañas, pero en otras no. Para una academia militar, lo más importante es elegir el director y los instructores y establecer la orientación de la enseñanza. Para un mitin de masas, lo principal es movilizar a éstas para que asistan, y plantear consignas apropiadas. Aún se podrían citar más ejemplos. En una palabra, el principio consiste en concentrar nuestra atención en los factores importantes de los que depende la situación en su conjunto.

El estudio de las leyes de la dirección de una guerra en su conjunto, sólo es posible mediante una profunda reflexión. Porque lo que corresponde a una situación en su conjunto no es visible, y sólo se puede comprender mediante una reflexión profunda; no hay otro medio. Pero como el todo está compuesto por sus partes, quien tenga experiencia en las partes, experiencia en las campañas y la táctica, podrá comprender cosas de un orden superior, siempre que esté dispuesto a pensar seriamente. Entre los problemas estratégicos figuran los siguientes:

Tomar en consideración la relación entre el enemigo y nosotros.

Tomar en consideración la relación entre las diversas campañas y entre las diversas etapas de operaciones.

Tomar en consideración ciertas partes que son importantes (decisivas) para la situación en su conjunto.

Tomar en consideración las características específicas de la situación general.

Tomar en consideración la relación entre el frente y la retaguardia.

Tomar en consideración la distinción así como la conexión entre las pérdidas y su reposición, entre el combate y el descanso, entre la concentración y la dispersión de las fuerzas, entre el ataque y la defensa, entre el avance y la retirada, entre cubrirse y exponerse, entre el ataque principal y los ataques secundarios, entre el asalto y la contención, entre la centralización y la descentralización del mando, entre la guerra prolongada y la guerra de decisión rápida, entre la guerra de posiciones y la guerra de movimientos, entre las fuerzas propias y las vecinas, entre una y otra arma del ejército, entre los mandos superiores y los inferiores, entre los cuadros y los soldados rasos, entre los veteranos y los bisoños, entre los cuadros superiores y los inferiores, entre los cuadros veteranos y los nuevos, entre las zonas rojas y las blancas, entre las zonas rojas antiguas y las nuevas, entre la región central y las periféricas de una base de apoyo dada, entre el tiempo frío y el caluroso, entre la victoria y la derrota, entre las agrupaciones grandes y las pequeñas, entre el ejército regular y las fuerzas guerrilleras, entre el aniquilamiento del enemigo y el ganarse a las masas, entre el engrosamiento de las filas del Ejército Rojo y su consolidación, entre el trabajo militar y el político, entre las tareas del pasado y las presentes, entre las tareas actuales y las futuras, entre una y otra tarea en diferentes condiciones, entre frentes estables y frentes fluidos, entre la guerra civil y la guerra nacional, entre una etapa histórica y otra, etc., etc.

Todos éstos son problemas que no podemos ver con los ojos, pero si reflexionamos cuidadosamente, podemos comprenderlos, captarlos y dominarlos todos, es decir, resolver todos los problemas importantes de la guerra o de las operaciones militares elevándolos a un nivel superior de principio. Nuestra tarea en el estudio de los problemas estratégicos es conseguir este objetivo.

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